lunes, 19 de enero de 2015

EVITA LA ADICCIÓN A LOS VIDEOJUEGOS

Claves para un buen uso

En las últimas décadas, los vídeo-juegos se han hecho un hueco importante en la vida de niños y adolescentes. Un uso prudente y racional puede ser beneficioso, pero el abuso puede causar problemas para la salud. Para evitarlo es imprescindible la supervisión de los padres.

¿Cómo detectar una adicción?

El nivel de adicción a internet, el uso de vídeo-juegos y la utilización de la telefonía móvil es cada vez mayor y, en algunos casos, preocupante. El niño se aísla de los demás y pierde interés por los estudios y el deporte. Habitualmente, se llega a esta situación de forma progresiva: se empieza jugando de forma esporádica y luego poco a poco se aumenta la frecuencia hasta hacerse prácticamente diaria. Determinar si realmente el niño se está pasando con la videoconsola no es tarea fácil. Estos son los síntomas más frecuentes de adicción:
* Cada vez necesita estar conectado durante más tiempo para sentirse satisfecho. 
*  Se siente deprimido, nervioso o enfadado y sólo se le pasa cuando se conecta a su máquina preferente.
No consigue controlar el tiempo que pasa conectado o la veces que quiere conectarse.
Cuando no está conectado, sólo piensa en cuándo y cómo conectarse de nuevo.
Ha perdido interés por actividades que antes le gustaban.
* Prefiere las ciber-relaciones a las relaciones cara a cara, jugar con su videoconsola a jugar con amigos.
Miente a familiares o amigos en relación al tiempo y la frecuencia con la que se conecta o juega.

Riesgos más comunes de la adicción

Problemas físicos
  • Sedentarismo que aumenta el riesgo de sobrepeso y obesidad
  • Molestias oculares con síntomas de irritación al no realizarse de forma natural el parpadeo
  • Dolores de cabeza
  • Dolores musculares o vicios posturales
  • Molestias en manos y muñecas por el desarrollo de tendinitis o inflamación de los tendones
Problemas psíquicos (principalmente derivados del contenido de los videojuegos)
  • Pautas de comportamiento inadecuados: agresividad, racismo, sexismo, violencia...
  • Conductas de menosprecio
  • Aislamiento
  • Individualismo

Claves para un uso racional
  • Limitar el uso a un horario determinado, por ejemplo, el sábado o el domingo de una a dos horas. Impedir el uso durante la semana y, si no fuera posible, permitírselo siempre después de las tareas escolares y extraescolares, y no más de 20 minutos.
  • Utilizarlo como refuerzo positivo, es decir, el niño se lo tiene que merecer.
  • Adquirir videojuegos aptos para cada edad. Para ello, la mayoría de los juegos incluyen el PEGI, un sello que indica la edad más adecuada para cada juego.
  • Observar los iconos de la contraportada en la que se distingue la tipología del contenido: discriminación, drogas, violencia, juegos de azar...
  • Vigilar el contenido y estrenar los juegos con el niño.
  • Potenciar la vida familiar.
  • Fomentar otras actividades como el deporte, la lectura, el arte o la música.